Y para ir probando otros itinerarios del programa de Cominicacción, nuestra compañera María Jesús Benito, se ha atrevido a realizar una emisora de radio con sus alumnos. En el caso de los programas de radio los requisitos pedidos a los alumnos han sido los siguientes:
Sintonía
emisión de dos noticias locas trabajadas en clase
1 anuncio
información metereológica
1 canción
Para los telediarios los requisitos de grabación han sido los siguientes:
sintonía
emisión de 2 noticias, una de ellas con conexión en directo.
Desde el departamento de Educación Física
hemos trabajado las habilidades comunicativas de nuestros alumnos/as
a través del bloque de contenidos de Expresión corporal. En cada
curso los alumnos/as se han dividido en 3 grupos y han realizado una
coreografía.
Hemos evaluado las capacidades comunicativas
de varias formas:
Valorando la expresión corporal durante la realización
de la coreografía.
Teniendo en cuenta la interacción comunicativa entre
el grupo durante las sesiones.
Comunicación profesora con el alumnado. Valorando el
grado de asimilación de los mensajes que la profesora da a los
alumnos para la realización de las coreografías.
Por último, hemos grabado algunas coreografías para
comprobar el trabajo llevado a cabo.
Reportaje fotográfico en vídeo, realizado y editado por las profesoras Sonia Gonzalez, Sara Pérez y Uly (Juan Antonio Romero), del viaje a Dublín realizado con alumnos del centro.
Con los alumnos de 1º y 4º de
ESO hemos grabado unos vídeos promocionando algunos países
alrededor del mundo. Con ellos, los alumnos han aprendido no sólo
cultura general de estos países, sino que además han sido grabados
en inglés, por lo que han practicado esta segunda lengua a la vez
que se han divertido.
Este año hemos realizado una actividad muy bonita con 2º de Bachillerato en la asignatura de Lengua y Literatura y con 4º de ESO en la asignatura de Proyecto Integrado.
Consistía en elegir una canción que les "invitase" a escribir un microrrelato en 200 palabras. La canción podía ser una excusa para la narración, o servir de inspiración, o trasladarles a alguna experiencia que hubiesen vivido y les conectase con esa música. Había que lanzarse a escribir con la música como vehículo conductor.
Y estas fueron algunas de las joyitas que escribieron:
-de Rocío Barrera Bautista, 2º bachillerato B
Me llamo Laiz, pero me apodan “la máquina de matar”. A fin y al cabo, todo ser humano es una máquina de matar ¿no? Hace un año que llegué al campamento base y tras varios meses reptando bajo alambradas y formándome frente a mis superiores, logré recuperar la fama que mi hermano, ya muerto, había otorgado a mi apellido. Hace un año mi madre me despidió mientras se enjugaba las lágrimas en un pañuelo, sabiendo que no me volvería a ver. Hace un año llegué con la promesa de convertirme en el guardián del Cielo. Hoy ya no queda nada de mi pasado. Paseo por París, hoy, vestida con nubes negras, mientras un paquete oprime los latidos de mi corazón. Sabía que ese día iba a cumplir mi sueño. Entré en el metro, cerré los ojos y apreté el botón. De pronto, todo quedó sumido en la oscuridad, aunque un rayo de nívea luz me cegó y entonces vi un gran palacio. Me incorporé y la sonrisa que apareció en mi cara me indicó que ese día, por fin, llamaría a las puertas del Cielo.
-de Rosalía Fuentes, de 2º bachillerato A
La casa estaba demasiado silenciosa, pero no me preocupó, igual seguía durmiendo. Aunque aquellos días había parecido especialmente triste no me contó qué le pasaba. Fui a su habitación, allí no estaba; tampoco en el despacho, ni en el baño, no supe dónde podría estar. Habría salido. Las horas pasaban despacio, la lluvia mojaba las ventanas y el frío inundaba la casa. El repiquetear constante en los cristales me adormeció. Cuando desperté tenía hambre. Decidí que era momento de salir a buscarla, quizá estuviera en el garaje. Entré y, por fin, la vi. Se balanceaba de un modo raro justo en el centro del techo, así que me tumbé justo bajo sus pies; espero que se despierte.
-de Mercedes Barrera Bautista, de 4° de Eso
OSCURIDAD
No
sé si ella sabe lo mucho que la echo de menos. Se ha ido… Se ha
ido y me ha dejado. Y yo, herido, permanezco en esta incómoda silla
sentado entre la tristeza y el llanto. ¿Por qué no vuelve? ¿Por
qué se marchó? Cómo envidio al sol que brilla alegre en el azul
cielo. Pero para mí no hay rayos de sol que iluminen esta oscuridad.
Mil veces me hago la misma pregunta. ¿Por qué se fue? Las horas se
me hacen eternas hasta que vuelve. Miro a mi alrededor por un
momento; no estoy solo. Sentado enfrente mía, mi compañero me
dedica una sonrisa a pesar de la amargura que muestran su húmedos
ojos. Entonces, comprendiendo su pena, cojo un trozo de plastilina
cualquiera y espero a que suene la campana.
-de Celia Gómez Castro, de 2º bachillerato A
Los días eran
apagados, siniestros, fríos, hasta que se encontraba con sus ojos e
iluminaban su camino. La deseaba. Pero no era la única, pero como le
observaban sus soles despertaban en él un deseo que era incapaz de
apaciguar. Se llamaba Rosa y era fresca, majestuosa y bella, como
esta flor.
Sin duda era
caprichoso y cruel; ella lo amaba y usaba ese amor para saciar su
apetito cada noche y después la abandonaba. Para Rosa tras el mar de
besos siempre llegaba el mar de lágrimas.
Siempre. Hasta el
día que mientras acariciaba sus labios, su cuello, su pecho y su
vientre la bella flor se descomponía poco a poco. Cuando se percató
sus manos estaban llenas de pétalos y Rosa había desaparecido,
quedando su mundo apagado, siniestro, frío, para siempre.
-de Isabel Rejano Moreno, de 2º de bachillerato A
El fin del amor
Nadie lo veía pero en algún momento notarían su presencia. Les hacía sentir nerviosos y
asustados. Alegres y exitados. Tristes e incluso valientes.
Nadie lo veía, y eso que algunos dicen que sin él no se podía vivir, o al menos no como se debe.
No avisaba. Podía llegar en el momento menos esperado,trastocándotelo todo. Tus expectativas.
Tus prioridades. Tus ideas. Tu mundo. Te trastocaba a ti.
Todos habían intentado buscarle una definición: los mejores poetas buscaban en sus versos la
mejor forma de hacerlo palabra, puede que alguno se acercase. Los pintores, lo retrataban en los
rostros de sus amantes, con el único objetivo de identificarlo, despejar la X y entender lo que les
impedía estar cuerdos.
Hacía mover el mundo. Causaba caos. Y lo peor de todo, es que era adictivo.
Pero había una voz de la que nadie se percataba. Un grito sordo. Él, que tanta pasión había
despertado en los corazones más fríos; anhelaba lo que daba. Tenía el corazón intacto. Quería
romperlo poco a poco y llenarlo de cicatrices, cada una de ellas con un nombre inscrito.
Cansado de hacerse creer que le faltaba todo, bajo su flecha, Cupido murió de amor. -de Álvaro Caballero Marín, de 4° de Eso
ROSIE
Nunca he querido a nadie como a Rosie. Éramos uña y carne. Siempre estábamos unidos. Quizás ella no me diera cariño ni amor,
pero me aportaba otras cosas mucho más importantes en la oscura soledad. La quería, la
trataba con mimo, le daba juego. Siempre reíamos los últimos y siempre reíamos mejor.
Tal vez fuera porque ya no quedaba nadie a nuestro alrededor que nos molestara.
Recuerdo esos “bailes” que hacíamos.
Eramos implacables ente sus miradas. Todos los de nuestro alrededor se teñían de rojo.
Rojo intenso que corría por el empedrado. Aún recuerdo aquella fría noche que pasamos
en la cueva. Nuestros amigos estaban jugando al << escondite >> con los otros niños
malos. Cogimos el mejor sitio. Podría haber sido nuestra luna de miel perfecta, pero te
pusiste enferma. No reaccionabas. No sabías vivir sin metal. Eso me derrumbó el
corazón. Cuando logramos salir de allí, ya todo acabó.
Volvimos a casa. Contigo era feliz pero tres meses después vino “ La Muerte Civil “ y te
llevó consigo. El único motivo fue : ¨No está permitido tener armas de fuego en casa¨. Todavía estoy deprimido por ti, Rosie. Estoy cabizbajo por ti, mi querida AK-47 modelo 3-4-3 .
Te añoro mucho y espero que algún día vuelvas. Estabas “cañón”. Un beso.
-de José Antonio Ruiz Becerra, de 2º de bachillerato A
Tras varios días,
me escogieron a mí; era tan solo cuestión de tiempo. Lo único que
alcanzo a recordar de mi hogar es la fresca brisa de la mañana, y
los verdes prados de mi alrededor. Los que se van, no suelen volver,
así que tendré que acabar con su racha.
En el viaje
pienso en mi familia, en todo lo que me hacen dejar atrás.
Cuando piso la
tierra, una multitud está gritando. Este lugar, ese olor a sudor y
sangre. Su figura, bañada por el sol, me deslumbra y observa,
pensativo, mientras que otros gritan y me golpean, sin yo saber por
qué. Intento defenderme: derribo a uno, golpeo a otro; mientras
tanto, los espectadores disfrutan de la escena. No entiendo nada. Al
parecer, que sufran ellos no favorece al espectáculo, pues responden
con más violencia todavía; aun así no pienso dejarme vencer, aún
tengo esperanzas de liberarme.
Tras mucho tiempo
sufriendo, caigo rendido al suelo; se hace el silencio. Se acerca a
mí, vacilante, con satisfacción, como aquel que cumple su misión.
Siento una punzada; es su espada atravesándome el corazón. Ya solo
escucho voces a lo lejos: “¡Torero, torero!”.
